"Se acercó y me susurró... : Aqui está tu Superstar, pidiendote que no lo dejes solo...Porque él ..te ama..."

Cap.19: Esta noche y todas las demas...








Mirge estaba llegando tarde a su trabajo, sabía que eso iba a causarle problemas

-¿Despertándose tarde?- dijo sarcásticamente Romyna al ver entrar a Mirge a la sala, ante la atenta mirada de los demás.

-Lo siento… por la tardanza- Mirge hablaba con dificultad, había llegado corriendo –Tuve unos problemas…- se justificó

-Problemas que me importan muy poco…- dijo a Mirge caminando hacia ella –Niña… niña…- su voz sonaba molesta y burlona –Mira que estas a prueba… Una falla mas…- alzó su dedo índice –Una más… y te quedas fuera- terminando de decir esto, miró sobre su hombro, al escuchar a alguien acercarse

-Bueno días- saludó Zack, con una mirada sospechosa -¿Todo bien?-

-Buenos…- el saludo de Mirge fue interrumpido bruscamente

-Tu amiga aquí…- hizo un gesto con la cabeza señalando a Mirge –Se da el gusto de llegar tarde en su segundo día-

-Dije que lo sentía…- ella se sentía algo impotente –Tuve problemas- miró a Zack algo nerviosa –Prometo no volverlo a hacer…-

-No vengas con ridiculeces…- Romyna fue acallada

-¡Romyna! Trata de ser algo comprensible…- dirigió su mirada a Mirge –Ven, hablemos en mi oficina y explícame que paso…-

-Debe trabajar- dijo Romyna cruzándose de brazos.

Zack la miró con el rostro serio –Acuérdate que tampoco eres la jefa de la empresa…- dicho esto, se retiró con Mirge a su oficina.

Romyna quedó parada en medio de la sala ante las miradas y risitas de sus compañeros de trabajo. Volteó algo nerviosa -¡Dejen de mirar! ¡Mejor trabajen!- gritó volviendo a su escritorio.

…..

-Siéntate…- dijo Zack poniéndose detrás de su escritorio –Ahora cuéntame ¿Qué pasó?-

-Ayer, luego de retirarme de aquí… No lo sé, creó que se me bajó la presión o algo y me mareé…- Mirge guardó silencio al recordar lo que había pasado luego.

-¿y? ¿Alguien te ayudó?-

-¿Uh? … Sí... Un amigo estaba cerca, me vio y me ayudó… Por suerte- dijo sonriendo de lado. –Hoy desperté un poco tarde por eso… Creo que estaba muy cansada… no lo sé-

-Entiendo… Trabajaste mucho tiempo ayer y ese lugar no debe ser muy cómodo- dijo refiriéndose a la parte en dónde se revisaban las imágenes –Si vas a trabajar aquí, debes dormir bien- le regaló una sonrisa sincera y cálida.

-Lamento de nuevo… la tardanza- se levantó –Ahora iré a trabajar-

-Espera…- dijo Zack tomándola del brazo pero soltándola rápidamente -¿Me acompañarías a cenar a un restaurant hoy?-

-¿Qué?- Mirge se encontró entre la extrañez y la confusión

-Como amigos, por supuesto- aclaró -¿Aceptas?- el joven se mostraba algo nervioso

-Será en otro momento- dijo Mirge tratando de lucir su sonrisa más sincera –Hoy quiero quedarme en casa…-

-¡Oh! Comprendo…-

-Discúlpame…-

-No te disculpes… Pero me la debes- dijo bromista

-Voy a recordar eso…- abrió la puerta –Gracias- ese agradecimiento iba por la verdadera compresión que mostró él, Mirge se planteaba la pregunta de que tal vez él podría ser el único amigo en ese trabajo.

Llegó a su escritorio con la mirada de Romyna clavada en ella, no le dio importancia. Ahorrarse problemas, era una buena idea.

Sintió unos pasos tras de ella y enseguida unas imágenes estaban tiradas frente a ella –Empieza a ingeniar una portada- dijo rudamente Romyna –Tienes las informaciones en ese papel, así tienes una idea de cómo hacerla- Romyna se retiró

Mirge respiró hondo, tratando así de calmar su nerviosismo. Comenzó a mirar las fotos y leer las informaciones, algunas le causaban risa y con otras se aburría.

/Flash Back/

-Además…- continuo Tom –No estás sola…- besó la frente de Mirge

Tom movió los labios formándose una sonrisa en rostro. Sus mejillas eran tan notorias, esa sonrisa era como la de un niño que es complacido con un regalo… Mirge volvió a bajar la mirada –Quédate…- dijo para luego arrepentirse. Tom podría tomarlo de otra manera –Pero no es…- fue interrumpida por la sonrisa de Tom

-Lo sé…Me quedo contigo-

/Fin Flash Back/

<<Olvida eso>> se dijo así misma mientras sacudía un poco la cabeza.

Se concentró en trabajar, cuando debía salir almorzar, Romyna la detuvo

-Mejor pide algo para almorzar- Mirge frunció el seño –La revista debe estar terminada hoy mismo-

-La voy a terminar igual…-

-Pero luego se te dará otro trabajo- Romyna sonrió –Debería alegrarte…-

Mirge sonrió sarcásticamente, se esquivó un poco para volver a su escritorio, chocando levemente a Romyna.

-No seas infantil- dijo Romyna retirándose

-¡Pinche vieja!- dijo en español llamando la atención de una chica y un joven quienes estaban hablando cerca de ella

-¿Nerviosa?- preguntó la chica, de estatura mediana y cabello rojizo

-Algo así…-

-Paciencia- aconsejó el muchacho de cabello desordenado y de contextura delgada –Suele ser peor-

-¿Siempre es así? Creí que sólo se comportaba así conmigo-

El joven bufó –Siempre…-

-Está amargada porque Zack ni siquiera la mira- la chica río junto al joven. Pero Mirgenis permanecía con el semblante serio

-¿Qué te sucede?- preguntó el chico

-Nada… ¿Cómo te llamas?- preguntó

-Ryan…-

-¿Y tú?- preguntó a la chica

-Lían…- se presentó

-Bueno, Ryan y Lían…. ¿me podrían dar el número de algún restaurant? Me muero de hambre-

Los dos rieron –Claro, aquí tienes- dijo Ryan escribiendo en un papel

Mientras almorzaban también debían trabajar pero no por eso dejaban de hablar

-¿De qué se encargan ustedes?- preguntó Mirge

-Yo tomo fotografías, que ahora estoy revelando- respondió Lían

-Yo me encargo de los videos. Trabajamos Juntos- respondió riendo Ryan

-Ya entiendo la indirecta- rieron

<< ¿Serán ellos los que andan detrás de los chicos?>>

-Ya está terminando la hora de almorzar. Romyna llegará en cualquier momento- dijo Ryan con muy pocos ánimos

-Adivinaste…- susurró Mirge. En efecto, la chica de ojos profundamente negros entraba por la puerta

-¿Ya terminaste?- preguntó a Mirge

-Ya casi…-

-Apúrate. Necesitamos esa muestra terminada-

-Lo sé... Lo sé-



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-Mañana tenemos una entrevista- informó Bill a Tom –Es sobre la gira que tenemos aquí…- Sólo recibía el silencio –Menos mal que Georg y Gustav ya están aquí…

…. Se produjo un silencio -¡A ti te estoy hablando!- gritó Bill para captar la atención la Tom

-Mierda Bill, gritas mucho- dijo sorbiendo del envase de coca

-No me estabas escuchando- le recriminó su gemelo

-Claro que sí-

-¿Qué te dije?-

-Mmm… algo sobre una entrevista- dijo sin importancia

-Ajám… ¿y luego?-

-Te basta con saber que sí asistiré-

-La entrevista es ahora, fuera de casa- los ojos de Tom se abrieron tanto por la sorpresa

-¿Qué? Debiste habérmelo dicho…- dejó su envase a un costado

-Ves… no estabas escuchándome. La entrevista es mañana menudo idiota- Bill rió

-Que infantil eres…- dijo Tom algo enojado pero riendo

-Hablando enserio… ¿Te sucede algo?-

-Nada, sólo que me parece tan aburrido aquí-

-¿Piensas salir? Está nevando- dijo Bill mientras observaba por la ventana de la sala

-Da igual…- Tom tomó las llaves del auto y caminó hacia la salida -¿No te importa quedarte solo?-

-Ya ibas de salida igual- rieron –Vete tranquilo, yo voy a llamar a Gaby…-

-¿Otra vez? Bill… ya la tendrás cansada-

-¡No hable con ella ayer!- se defendió –Además… conozco cada vez más de ella- Bill sonrió

-Como digas- Tom sonrió, abrió la puerta –No creo que llegue esta noche- cerró la puerta

Bill suspiró –Con tal de que no te encuentren los fotógrafos y luego la hagas sufrir más- dijo para sí, pensando en Mirge… Bill sonrió –Ya sé a dónde vas tú…- dejó de pensar en voz alta, se estaba asustando él mismo.

Tom tenía los ojos concentrados en el camino, que era algo dificultoso a consecuencia de la nieve, miró su reloj de mano y sonrió –Ya debes de estar por ahí…-

No quería pensar mucho en lo que estaba haciendo, a dónde iba… No se hacía preguntas a las cuales no respondería. Estacionó el auto y miraba por la ventana del copiloto cada un minuto, o tal vez cada 30 segundos.

La reconoció apenas la puerta se abrió, tratando de cubrir su rostro de los copitos de nieve, caminando apresuradamente. A Tom se le dibujó una media sonrisa, abrió la puerta del auto y bajó de él, no sin antes cubrirse lo más que podía.

……….

-¿Te irás sola?- preguntó Ryan

-Sí, no se preocupen- dijo a ambos, pudo notar un auto muy conocido estacionado

-Cuídate Mirge- dijo la pelirroja –Nos vemos mañana- abrazó a Ryan por la cintura y ambos fueron caminando para esperar el tren.

-Hasta mañana…- se despidió caminando hacia el joven parado cerca del auto. De repente se detuvo y trató de caminar para otro lado. Él caminó hacia ella y la siguió.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Mirge dándose vuelta para mirarlo. Se habían alejado un poco de ese lugar

-Vine a ver cómo estabas- respondió. La expresión de Mirge se suavizó ante esas palabras

-Estoy bien, gracias… Pero no debiste venir- dijo mirando hacia todos lados

-¿Por qué?- tomó del mentón a Mirge para que lo mirara

-Porque…Por…- esquivó el agarre. La ponía nerviosa mirar esos labios y tenerlos tan cerca –Por si no te diste cuenta esta empresa vive de los famosos y no quiero que te vean aquí-

-Ah! Sí… Bill me contó que trabajas en una revista o algo así- dijo Tom de lo más relajado –Pero no me van a reconocer. Tranquila-

-Tampoco quiero que te vean conmigo… Debo evitar no hablar absolutamente nada de ustedes- Los copos de nieve eran cada vez más fuerte

-Me parece bien que nos cuides- Tom sonrió –Vamos…- dijo jalándola del brazo

-¿A dónde?- preguntó confundida

-A un hotel…-

-¿Qué?- Mirge se soltó bruscamente de él- Tom rió

-Es broma- continuó riendo

-Tonto- dijo Mirge cruzándose de brazos

-No te enojes… Te llevo a tu departamento- dijo tratando de juntar su mirada con la de ella

-No es necesario. Voy sola- dijo dando media vuelta

-Deja que te lleve…- pidió Tom estirándola hacia él.

-No es necesario…-

-Sí que lo es… ¿Y si te vuelves a sentir mal?- Una fuerte ventisca trajo mal frío y copos de nieve

-¡Hace frío!- dijo Mirgenis apoyándose a él

-Si te vas conmigo, llegarás más rápido- Tom sonrió

-Está bien… Pero sólo porque tengo mucho frío- los labios de Mirge ya comenzaban a tiritar

-¿Cómo te fue en tu trabajo?- preguntó Tom poniendo en marcha el auto

-Bien… aunque creo que no le caigo muy bien a la encargada de mi ámbito-

-¿Ah sí? ¿Por qué?-

-No lo sé… Pero me carga con todo el trabajo y no le gusta lo que hago-

-Seguro sólo te está exigiendo porque eres nueva…- opinó Tom

-No creo que sea tan solo eso…- susurró Mirge

-¿Y qué otra cosa podría ser?-

-No lo sé… ¿Cómo anda Bill?- preguntó evitando hablar más del tema

-Está bien… Ahora debe estar hablando con Gaby-

-Otra vez…- dijeron en coro para luego largarse a reír

-¿Será que aún tienen temas de que hablar?- preguntó Mirge mientras bajaba del auto

-Seguro Bill se la pasa preguntándole sobre su vida…-

-Bueno, deben conocerse… él más a ella-

-Eso está claro… A veces tengo miedo de lo que pueda pasar si Bill la presentase-

-¿Por qué?- preguntó algo extrañada

-Yo sé que muchos fans estarán felices por él pero… ya he conocido a más de una chica que está obsesionada con él…-

-¿Crees que puedan lastimarlo? ¿A él y a Gaby?- Mirge lo miró preocupada, mientras Tom quedó observándola atentamente

-¡No! No me hagas caso…- trató de tranquilizarla –Se nota que los quieres mucho- opinó Tom, había notado como de una expresión relajada, Mirge pasó a lucir muy preocupada.

-Por supuesto…- Mirge se recostó por la pared -Gaby es mi amiga… y Bill- sonrió –También lo es…-

Tom asintió –Gracias por acompañarme…- dijo Mirge disponiéndose a abrir la puerta.

-Mir… Mirge- ella rió -¿De qué ríes?- preguntó

-De la forma en que pronuncias mi nombre- trató de calmarse -¿Querías decirme algo?-

-Es que tu nombre es algo complicado- se defendió –Bueno… ¿Te parece si cenamos juntos?- Tom lanzó una sonrisa que mezclaba la picardía y el nerviosismo

Los ojos de Mirge se abrieron enormemente, y el control sobre sus nervios que hasta ese momento estaba estable se descarriló. -¿Qué?- preguntó algo confundida -¿Qué pretendes?- se puso a la defensiva

-Sólo cenar- dijo como si fuera lo más obvio –Y pasar tiempo contigo…- se acercó a ella pero lo esquivó

-No quiero salir… - respondió vagamente –Tengo frío- se excusó

-Eso no es problema… Pedimos pizza y ya- él sonrió con esa sonrisa de niño que ya se le hacía costumbre

Mirge quedó pensando y mirándolo de reojo, se debatía ante 2 simples monosílabos: Sí o No… Sus pensamientos parecían pelearse entre ellos. Sabía que quien estaba frente a ella era la persona a quien más amaba pero también era la superestrella quien no tenía la mejor reputación.

Quería seguir hablando con él, quería seguir conociéndolo más, comenzó a hablar con ella misma… ¿Qué tenía de malo estar con él? Él no estaba interesado en ella y seguro sólo quería pasarla bien hablando con alguien ya que estaba algo aburrido…

Además ella tenía algo de hambre…

-Está bien- respondió luego de meditar –Pero tú pagas todo…-

Tom sonrió de oreja a oreja -¿Me vas a dejar entrar? O comeremos aquí?-

-Ah! Pasa…- dijo Mirge abriendo la puerta y entrando seguida de Tom

-Oh!- se sorprendió –Que ordenada- opinó riendo

-¡Bah! Es sólo porque no estuve en todo el día- dijo Mirge dejando su bolso tirado en un sofá –Siéntate…- dijo señalando el sofá –Yo iré a cambiarme esta ropa- dijo despectivamente. No le agradaba mucho cómo estaba vestida

-Pero estas muy bonita…- Mirge evitó mirarlo cuando dijo eso, sólo emitió un tímido “Gracias”

-¡Llama y pide la pizza!- le recordó Mirge gritando desde la otra habitación

-¿Cómo la prefieres?-

-¡Vegetariana! Ó Mozzarella!!-

-¿Qué dijiste?- Tom no había escuchado

-¡Elije tú!- unos pasos se acercaban a la habitación de Mirge -¡Ni se te ocurra entrar!- se alteró al ver la manecilla girándose

-¡No iba a hacerlo!- Tom sonrió -¿De cuál prefieres?

-Sólo elije tú…- Mirge abrió la puerta encontrándose con los ojos de Tom fijos en ella -¿Por qué me miras así?-

-¿Qué?- dijo confundido y separándose- ¿Así cómo?-

-No lo sé…- caminó al lado de él para pasar hacia la sala –Llama ya… tengo mucha hambre- ambos rieron

-No te desesperes- Tom marcó el numero del delivery y caminó tras de Mirge quien se sentó en el sofá para dos

-¿Quieres ver alguna película?- preguntó Mirge a la par que él se sentaba en el mismo sofá pero algo distante

-Veamos que hay en la televisión- tomó el control remoto y empezó a cambiar de canales hasta que se quedó en una película

-¿Qué película es?- preguntó Mirge

-No lo sé…- dejó el control remoto –Ya nos daremos cuenta- alzó una pierna en el sofá -¿Te molesta?-

Mirge negó con la cabeza –No serás el único que se ponga cómodo- dijo Mirge imitando su acción

-Me agradas…- dijo Tom mirándola fijamente

-Es normal…- soltó una carcajada al igual que él –Pensé que no te caía muy bien…- fingió concentrarse en la película.

-¿Por qué?- preguntó extrañado -¿Por lo que paso en el hotel, esa noche?- preguntó sonriendo. Ella sólo se encogió de hombros –Por eso precisamente me caíste muy bien…-

Ella lo miró –No entiendo…- tocaron a la puerta

-Debe ser la pizza…-

-Las pizzas ahora tocan puertas…- susurró Mirge sonriendo

-Ve tú…- dijo Tom recostándose más por el sofá

-¿Yo? Ve tú…, eres tú el que pasa ¿no?-

-De eso ya no te preocupes, ya está pagado a mi cuenta- sonrió relajado –Si voy yo.. tendremos problemas..-

Mirge suspiró vencida.

Al cerrar la puerta, Mirge fue a la cocina y colocó las pizzas en un mejor recipiente

-No comas a escondidas, ¿eh?- dijo Tom molestándola

Caminó de nuevo hacia el sofá –A comer se ha dicho- dijo poniendo el recipiente por sobre sus rodillas

-Lo pondrías en la mesa si no estuviera repleta de cuadernos- dijo Tom acercándose más

-Son de la universidad y olvidé arreglarlos…- se justificó –Quítate tus zapatos- dijo a Tom

-¿Por qué?- se quejó Tom.

-Porque son enormes y vas a lastimar mis pequeños pies- dijo, él sonrió, se apresuro en quitárselos. SE acercó más a ella, rozando sus piernas.



-Fuiste algo tacaño con la pizza ¿eh?- dijo Mirge acabándose el bocado de la última pizza

-Pide más si quieres…- sugirió Tom limpiándose las manos

-Es broma- aclaró bajando el recipiente en el suelo y sacudiéndose las manos. Sintió un cosquilleo en sus pies -¿Qué haces?-

Tom empezaba a tocarlos con sus propios pies, sólo sonreía

-Te comportas como un niño…- dijo entre risas Mirge

-Tienes una hermosa sonrisa…- susurró Tom

-No digas eso…- dijo cohibiéndose

-Es la verdad…- dijo acercándose más, casi subiéndose sobre ella

-Tom, no me hagas esto…- dijo empujándolo levemente

-Tú habías dicho que me amabas… ¿no?-

-No saques eso a tu defensa- dijo algo molesta –No te amaba… te amo tonto- dijo tratando de levantarse pero Tom la detuvo del brazo y la apresó entre sus brazos

-Aquella noche- dijo recordando –En la que me habías rechazado…- sonrió

-Tom...Por favor…- su respiración tan cerca la estaba matando

-Eso no es lo que más recuerdo…- vaciló-Lo que recuerdo constantemente… es que aquella noche…- acarició la mejilla de Mirge –Por fin sentí un verdadero “Te amo”- acomodó el cabello de Mirge por detrás de sus orejas.

-No juegues conmigo…- parecía rogar ella, casi al borde de lágrimas, lo esquivó de nuevo

El sonrió –Esto es raro… encontrar “el verdadero amor” en una fan…- se hizo a un lado

Mirge lo miró fijamente, su corazón se aceleró tanto que creyó que moriría en ese instante. Ni siquiera podía sollozar. ¿Habrá sido una broma de él? Ni siquiera le importó. Se acercó y lo besó en la mejilla izquierda -No importa cuál sea nuestro camino, cuales sean las razones por la cual te amo, no importa tu pasado, tus fallas, mis temores… Eres dueño de mi ser y eso será así hasta el día que yo muera- recordó en voz alta la repuesta que había descubierto esa última noche en Alemania.

Tom la tomó de su barbilla y la besó en los labios, abrazándola y tratando de sentirla lo más cerca posible. Como si la de la respiración de ella dependiera su vida… No podía entender esa presión que sentía en su pecho al escuchar el alocado latido del corazón de ella.

Quería tenerla por esa noche, por la siguiente y por todas las noches de su vida….

Cap.18: Enamorados...

“Uno enamorado es capaz de quedarse sentado mirando a su amada sumida en el más profundo sueño. querer saber lo que está soñando y querer estar con ella ahí…”
                                                                                                                 Granma- Dawson's  Creek 







Mirge sonrió nerviosa mientras se separaba de Tom


-Ya duérmete…- dijo Tom mientras caminaba hacia la habitación y abría la puerta -¿Y yo donde?- dijo sonriendo


-No lo sé- dijo Mirge algo cansada y tirándose a la cama –Pero aquí no- dijo refiriéndose a la cama.


-No pensaba dormirme ahí- dijo tranquilo


-Buenas noches…- dijo Mirge cerrando los ojos sin siquiera poder emitir otra palabra más


-Buenas noches…- sonrío ¿Ahora qué haría él ahí? Podría marcharse, ella no se daría cuenta ya que estaba sumida en un sueño profundo.


Caminó hacia la ventana en donde había un sofá que era alumbrado por las luces intensas de la ciudad, se sentó y quedó mirando a Mirge quien yacía en la cama durmiendo plácidamente, recuperándose de esa palidez de rostro, su respiración ya no era agitada y parecía que su corazón volvía a latir con tranquilidad.


Tom posó su cabeza sobre su mano y quedo mirándola. Una sonrisa se dibujo en su rostro al ver lanzar un bostezo a Mirge… Esa escena de él mirando a una chica desde un sofá era totalmente insólita. Los papeles de la obra fueron cambiados y él no se había dado cuenta.


-Tom…- dijo adormilada


-¿Qué pasa?- preguntó


Mirge solo giró en la cama sin siquiera abrir los ojos. Tom rió por lo bajo… ella estaba soñando con él.


Ella solía voltear una y otra vez mientras pronunció el nombre de él unas 2 veces más, Tom miró a lo lejos por la ventana una claridad que se acercaba, miró su reloj… ya estaba amaneciendo. ¿Se quedó despierto todo ese tiempo? Trató de descansar por lo menos hasta que ella despertara.


La claridad era cada vez más fuerte y poco a poco fue despertando a Mirge, quien se sentó en la cama, estiró sus brazos y se fregó los ojos. Al abrirlos un poco más miró a un lado y vio a Tom sentado en el sofá dormitando.


El corazón de Mirge se aceleró por la emoción que le causaba verlo ahí tan tranquilo, con la claridad dando justo en su rostro. Empezó a recordad mejor el porqué de su presencia ahí.


Se levantó y camino hacia él, no quiso hacer ningún ruido por no despertarlo. Se sentó junto a él en el sofá, un poco alejada, abrazando sus rodillas y recostando su cabeza sobre ellas para mirarlo bien y sin molestarlo. Cuando el pecho de Tom se inflaba y luego se desinflaba para lanzar un suspiro… hacía que los ojos de Mirge se cristalizaran. Si fuera por ella se quedaría ahí para toda la vida ¿Por qué lo amaba tanto? No lo sabía y ni siquiera quería saberlo… Quería olvidar todo cuestionamiento porque no existían las respuestas…


-Buenos días…- dijo Tom cuando sorpresivamente abrió los ojos. Mirge se llevó un pequeño susto y se apresuró en mirar para otro lado mientras se ponía de pie


-Buenos días- saludó tímida


-¿Ya te sientes mejor?- preguntó con una pequeña sonrisa, mientras observaba como ella trataba de evitarlo


-Sí… Gracias por preguntar- Mirge caminó hacia la cocina seguida por él -¿Quieres desayunar?- preguntó lo primero que se le vino a la mente.


-Me gustaría…- quedó pensando un momento mirando su teléfono –Pero olvidé avisar a Bill…- sonrió de lado.


-Entiendo…- dijo Mirge recostándose por la mesa –Gracias- dijo algo avergonzada


-Adiós- dijo Tom dejándole un beso en la mejilla y luego retirarse


Mirge dio un suspiro aliviado mientras acomodó una silla para sentarse, descansó sus codos sobre la mesa y se tomó de la cabeza -¿En qué demonios pensaba cuando le pedí que se quedase? Simplemente… no pensé-






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-¿En dónde te metiste?- la voz de Bill resonó enojado –Sólo fuiste por unos cigarrillos ¿Olvidaste el camino de vuelta a casa?-


-Cálmate- dijo Tom prendiendo fuego a su cigarrillo –Tuve un inconveniente-


-¿Qué clase de inconveniente?-


-Encontré a Mirge mareada en plena ciudad y tuve que ayudarla…-


-¿Mirge? ¿Estás hablando en serio?- El rostro de Bill se tensó


-Sí… estaba algo mal y no quería dejarla sola- Tom comenzó a toser ante la mirada atenta de Bill. Éste sonrió ampliamente.


-¿No querías dejarla sola?-


-Bill no empieces…- se apresuró en decir –Tú harías lo mismo ¿no?-


-Sí…- sonrió cómplice –Pero fuiste tú…-


-¿Quieres uno?- preguntó ofreciendo un cigarrillo y cambiando de tema


Bill encendió el cigarrillo y sólo se limitó a mantener en su mente lo que quería decirle a Tom


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Paraguay, Asunción






-¿Hola?- dijo Gaby contestando su teléfono


-¿Gaby?-


-Si… ¿Quién habla?-


-Soy Claudia…-


-¿Claudia?- preguntó extrañada -¿Cómo estás?-


-Bien…- respondió vagamente –Sólo te quería avisar que…- suspiró –Estoy aquí en Paraguay-


-¿Qué? ¿Por qué? Digo… ¿Viniste de vacaciones?-


-No… vine a quedarme por aquí un buen tiempo pero no en plan de vacaciones-


-¿Y Gustav?-


-Terminamos- dijo escuetamente


-¿Qué? Espera… explícame-


-Ahora no… sólo llamaba para avisarte-


-Ok… ¿Estás bien?-


- Voy a estarlo- dijo regalando un sonrisa aunque ella no podía verla


-Estamos en contacto…-


-Sí… Adiós-


Gaby cortó la llamada y quedó pensando…


-¿Qué pasó?- preguntó la chica de cabellos largos y ondulados


-Claudia terminó con Gustav…-


-¿Qué? Bueno no me sorprende mucho- Gaby inmediatamente la miró


-¿Por qué dices eso Alma?-


-Porque… ella era una fan y seguro creó una imagen errónea de él y ahora se desilusionó-


-No creo que fuera eso…-


-¿Y qué más? Es así cuando te enamoras de alguien con quien nunca hablaste…- se levantó –Ya me voy, tengo que ir a ver el vestido para mi graduación. Cuídate- dijo retirándose


Gaby se arrojó a la cama, quedó mirando el techo tan alto de su habitación…


>> ¿Acaso olvidó Alma que yo amo a Bill? Además… yo no le conté sobre qué pasó con él… y si lo hubiera hecho ¿Seguiría pensando así? Puede ser que no tenga razón y el motivo por el cual Claudia y Gustav terminaron fuera otro… Pero si ella tuviera razón… No, no podría. Yo pude darme cuenta cuanto Claudia lo amaba…<<


Gaby miró su teléfono por unos segundos y luego lo tomó entre sus manos, marcando apresuradamente un número.


-¿Gaby?- preguntó una voz sorprendida del otro lado del teléfono


-Hola Bill…- Él apenas había dicho su nombre y una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo. Su voz la había escuchado en interminables radios, discos, videos… y siempre le causaba eso


-Hola… Me sorprende tu llamada-


-¿Estoy molestando?-


-¡No! Por supuesto que no- su tono de voz se torno suave, y serena…


-Menos mal… ¿Cómo estás?- Gaby sentía una opresión en el pecho, que descendía hasta el estómago causándole cierto cosquilleo ¿Acaso eran las famosísimas mariposas? Gaby rió y el gozo que eso causó en el alma de Bill era algo tan extraño, que su única reacción fue contagiarse con esa pequeña risita.


-Bien y ¿tú?-


-Diría que bien…- Gaby se arrepintió de inmediato


-¿Pasa algo?- se apresuró en preguntar


-Nada importante…- Gaby buscó la forma inmediata de cambiar de tema - ¿Creerías la razón por la que te estoy llamando?- la voz de Gaby trató de tornarse divertida


-¿Por qué la llamada?- preguntó curioso


-Simplemente por querer escuchar tu voz…- era la verdad, la voz de Bill había adquirido un poder raro sobre ella. Era la magia en medio de la realidad, era la primavera en un crudo invierno, era el farol encendido en una carretera desierta… Esa voz… hacía que su corazón se acelerase y que todo el mundo alrededor se volviera tan diminuto que se volvía nada interesante.


-Puedo creer esa razón…- dijo Bill –Las tantas veces que ya te he llamado… eran sólo para escucharte decir por lo menos una palabra- las mejillas de Gaby enrojecieron de golpe y ni siquiera lo tenía a él en frente. –Quiero verte… y besarte-


Las mejillas ya parecían quemarla y el corazón se sentía como un loco encarcelado –También yo…- pudo acomodar las palabras –He estado pensando en algo…-


-¿En qué?- preguntó muy interesado.


-Después de terminar el año quiero mudarme a L.A. Creo que me será más fácil junto con las publicaciones de mis libros-


-Y te tendré cerca…- dijo gozoso.


Las horas pasaban y ellos continuaban hablando y riendo…


Que estúpida duda era la que había sentido Gaby ante las palabras de su amiga… que ahora sólo le parecían habladurías, patrañas…


-Debo colgar…- dijo Gaby en cuando terminaba de reír de un chiste muy malo que le había contado Bill –Trataré de llamarte mañana… si tengo crédito-


Bill rió –Yo te estaré molestando cada vez que tenga la oportunidad-


-Claro… como tú tienes crédito siempre- dijo en tono gracioso aparentando envidia –Adiós…- se despidió


- Cuídate ángel…- dijo melancólico y sumido en una tristeza ante esa palabra pronunciada por ella –Te amo…-


-Ángel mío- dijo Gaby entre dientes, con un tono de voz casi como un pensamiento –Te amo tanto que ni siquiera puede caber este sentimiento en mí…-