“Uno enamorado es capaz de quedarse sentado mirando a su amada sumida en el más profundo sueño. querer saber lo que está soñando y querer estar con ella ahí…”
Granma- Dawson's Creek
Mirge sonrió nerviosa mientras se separaba de Tom
-Ya duérmete…- dijo Tom mientras caminaba hacia la habitación y abría la puerta -¿Y yo donde?- dijo sonriendo
-No lo sé- dijo Mirge algo cansada y tirándose a la cama –Pero aquí no- dijo refiriéndose a la cama.
-No pensaba dormirme ahí- dijo tranquilo
-Buenas noches…- dijo Mirge cerrando los ojos sin siquiera poder emitir otra palabra más
-Buenas noches…- sonrío ¿Ahora qué haría él ahí? Podría marcharse, ella no se daría cuenta ya que estaba sumida en un sueño profundo.
Caminó hacia la ventana en donde había un sofá que era alumbrado por las luces intensas de la ciudad, se sentó y quedó mirando a Mirge quien yacía en la cama durmiendo plácidamente, recuperándose de esa palidez de rostro, su respiración ya no era agitada y parecía que su corazón volvía a latir con tranquilidad.
Tom posó su cabeza sobre su mano y quedo mirándola. Una sonrisa se dibujo en su rostro al ver lanzar un bostezo a Mirge… Esa escena de él mirando a una chica desde un sofá era totalmente insólita. Los papeles de la obra fueron cambiados y él no se había dado cuenta.
-Tom…- dijo adormilada
-¿Qué pasa?- preguntó
Mirge solo giró en la cama sin siquiera abrir los ojos. Tom rió por lo bajo… ella estaba soñando con él.
Ella solía voltear una y otra vez mientras pronunció el nombre de él unas 2 veces más, Tom miró a lo lejos por la ventana una claridad que se acercaba, miró su reloj… ya estaba amaneciendo. ¿Se quedó despierto todo ese tiempo? Trató de descansar por lo menos hasta que ella despertara.
La claridad era cada vez más fuerte y poco a poco fue despertando a Mirge, quien se sentó en la cama, estiró sus brazos y se fregó los ojos. Al abrirlos un poco más miró a un lado y vio a Tom sentado en el sofá dormitando.
El corazón de Mirge se aceleró por la emoción que le causaba verlo ahí tan tranquilo, con la claridad dando justo en su rostro. Empezó a recordad mejor el porqué de su presencia ahí.
Se levantó y camino hacia él, no quiso hacer ningún ruido por no despertarlo. Se sentó junto a él en el sofá, un poco alejada, abrazando sus rodillas y recostando su cabeza sobre ellas para mirarlo bien y sin molestarlo. Cuando el pecho de Tom se inflaba y luego se desinflaba para lanzar un suspiro… hacía que los ojos de Mirge se cristalizaran. Si fuera por ella se quedaría ahí para toda la vida ¿Por qué lo amaba tanto? No lo sabía y ni siquiera quería saberlo… Quería olvidar todo cuestionamiento porque no existían las respuestas…
-Buenos días…- dijo Tom cuando sorpresivamente abrió los ojos. Mirge se llevó un pequeño susto y se apresuró en mirar para otro lado mientras se ponía de pie
-Buenos días- saludó tímida
-¿Ya te sientes mejor?- preguntó con una pequeña sonrisa, mientras observaba como ella trataba de evitarlo
-Sí… Gracias por preguntar- Mirge caminó hacia la cocina seguida por él -¿Quieres desayunar?- preguntó lo primero que se le vino a la mente.
-Me gustaría…- quedó pensando un momento mirando su teléfono –Pero olvidé avisar a Bill…- sonrió de lado.
-Entiendo…- dijo Mirge recostándose por la mesa –Gracias- dijo algo avergonzada
-Adiós- dijo Tom dejándole un beso en la mejilla y luego retirarse
Mirge dio un suspiro aliviado mientras acomodó una silla para sentarse, descansó sus codos sobre la mesa y se tomó de la cabeza -¿En qué demonios pensaba cuando le pedí que se quedase? Simplemente… no pensé-
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-¿En dónde te metiste?- la voz de Bill resonó enojado –Sólo fuiste por unos cigarrillos ¿Olvidaste el camino de vuelta a casa?-
-Cálmate- dijo Tom prendiendo fuego a su cigarrillo –Tuve un inconveniente-
-¿Qué clase de inconveniente?-
-Encontré a Mirge mareada en plena ciudad y tuve que ayudarla…-
-¿Mirge? ¿Estás hablando en serio?- El rostro de Bill se tensó
-Sí… estaba algo mal y no quería dejarla sola- Tom comenzó a toser ante la mirada atenta de Bill. Éste sonrió ampliamente.
-¿No querías dejarla sola?-
-Bill no empieces…- se apresuró en decir –Tú harías lo mismo ¿no?-
-Sí…- sonrió cómplice –Pero fuiste tú…-
-¿Quieres uno?- preguntó ofreciendo un cigarrillo y cambiando de tema
Bill encendió el cigarrillo y sólo se limitó a mantener en su mente lo que quería decirle a Tom
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Paraguay, Asunción
-¿Hola?- dijo Gaby contestando su teléfono
-¿Gaby?-
-Si… ¿Quién habla?-
-Soy Claudia…-
-¿Claudia?- preguntó extrañada -¿Cómo estás?-
-Bien…- respondió vagamente –Sólo te quería avisar que…- suspiró –Estoy aquí en Paraguay-
-¿Qué? ¿Por qué? Digo… ¿Viniste de vacaciones?-
-No… vine a quedarme por aquí un buen tiempo pero no en plan de vacaciones-
-¿Y Gustav?-
-Terminamos- dijo escuetamente
-¿Qué? Espera… explícame-
-Ahora no… sólo llamaba para avisarte-
-Ok… ¿Estás bien?-
- Voy a estarlo- dijo regalando un sonrisa aunque ella no podía verla
-Estamos en contacto…-
-Sí… Adiós-
Gaby cortó la llamada y quedó pensando…
-¿Qué pasó?- preguntó la chica de cabellos largos y ondulados
-Claudia terminó con Gustav…-
-¿Qué? Bueno no me sorprende mucho- Gaby inmediatamente la miró
-¿Por qué dices eso Alma?-
-Porque… ella era una fan y seguro creó una imagen errónea de él y ahora se desilusionó-
-No creo que fuera eso…-
-¿Y qué más? Es así cuando te enamoras de alguien con quien nunca hablaste…- se levantó –Ya me voy, tengo que ir a ver el vestido para mi graduación. Cuídate- dijo retirándose
Gaby se arrojó a la cama, quedó mirando el techo tan alto de su habitación…
>> ¿Acaso olvidó Alma que yo amo a Bill? Además… yo no le conté sobre qué pasó con él… y si lo hubiera hecho ¿Seguiría pensando así? Puede ser que no tenga razón y el motivo por el cual Claudia y Gustav terminaron fuera otro… Pero si ella tuviera razón… No, no podría. Yo pude darme cuenta cuanto Claudia lo amaba…<<
Gaby miró su teléfono por unos segundos y luego lo tomó entre sus manos, marcando apresuradamente un número.
-¿Gaby?- preguntó una voz sorprendida del otro lado del teléfono
-Hola Bill…- Él apenas había dicho su nombre y una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo. Su voz la había escuchado en interminables radios, discos, videos… y siempre le causaba eso
-Hola… Me sorprende tu llamada-
-¿Estoy molestando?-
-¡No! Por supuesto que no- su tono de voz se torno suave, y serena…
-Menos mal… ¿Cómo estás?- Gaby sentía una opresión en el pecho, que descendía hasta el estómago causándole cierto cosquilleo ¿Acaso eran las famosísimas mariposas? Gaby rió y el gozo que eso causó en el alma de Bill era algo tan extraño, que su única reacción fue contagiarse con esa pequeña risita.
-Bien y ¿tú?-
-Diría que bien…- Gaby se arrepintió de inmediato
-¿Pasa algo?- se apresuró en preguntar
-Nada importante…- Gaby buscó la forma inmediata de cambiar de tema - ¿Creerías la razón por la que te estoy llamando?- la voz de Gaby trató de tornarse divertida
-¿Por qué la llamada?- preguntó curioso
-Simplemente por querer escuchar tu voz…- era la verdad, la voz de Bill había adquirido un poder raro sobre ella. Era la magia en medio de la realidad, era la primavera en un crudo invierno, era el farol encendido en una carretera desierta… Esa voz… hacía que su corazón se acelerase y que todo el mundo alrededor se volviera tan diminuto que se volvía nada interesante.
-Puedo creer esa razón…- dijo Bill –Las tantas veces que ya te he llamado… eran sólo para escucharte decir por lo menos una palabra- las mejillas de Gaby enrojecieron de golpe y ni siquiera lo tenía a él en frente. –Quiero verte… y besarte-
Las mejillas ya parecían quemarla y el corazón se sentía como un loco encarcelado –También yo…- pudo acomodar las palabras –He estado pensando en algo…-
-¿En qué?- preguntó muy interesado.
-Después de terminar el año quiero mudarme a L.A. Creo que me será más fácil junto con las publicaciones de mis libros-
-Y te tendré cerca…- dijo gozoso.
Las horas pasaban y ellos continuaban hablando y riendo…
Que estúpida duda era la que había sentido Gaby ante las palabras de su amiga… que ahora sólo le parecían habladurías, patrañas…
-Debo colgar…- dijo Gaby en cuando terminaba de reír de un chiste muy malo que le había contado Bill –Trataré de llamarte mañana… si tengo crédito-
Bill rió –Yo te estaré molestando cada vez que tenga la oportunidad-
-Claro… como tú tienes crédito siempre- dijo en tono gracioso aparentando envidia –Adiós…- se despidió
- Cuídate ángel…- dijo melancólico y sumido en una tristeza ante esa palabra pronunciada por ella –Te amo…-
-Ángel mío- dijo Gaby entre dientes, con un tono de voz casi como un pensamiento –Te amo tanto que ni siquiera puede caber este sentimiento en mí…-
Lo amé*-* Amo como esta narrado. Leí un poco tarde, lo sé. No había tenido tiempo, ahora sí, leeré el otro capí :3
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